POR FIN ES 31 DE DICIEMBRE DE 2020

ESTE AÑO Si es LA NOCHE VIEJA, AUNQUE EN GRUPOS REDUCIDOS Y ES CASA, EL COMIENZO DE UN NUEVO CILO. O eso deseamos.

¡QUIEN NOS LO IBA A DECIR HACE UN AÑO! Este 2020 ha sido sin duda un año histórico aunque aún no seamos conscientes de ello.

Algunos podemos hacer memoria y recordar el pavor que se produjo con el cambio de milenio allá por 1999. El temido efecto 2000 en el que los ordenadores y varios sistemas informáticos se volverían locos. Y el mundo cambiaría para siempre. Pero no pasó nada.

Pero este 2020, y sin apenas previo aviso, lo cambió todo. La arrogancia del ser humano moderno, esa que da más valor a la economía que a la vida, hizo caso omiso a las alarmantes noticias procedentes de China.

No pasa nada, el virus no llegará, es una simple gripe,… Y al final esa enfermedad llamada popularmente COVID-19 nos llegó. Y arrasó.

Y con ella el cambio del mundo. Ese que se predecía en 2000, pero con 20 años de retraso. Llegó primero el confinamiento, la prohibición de ver a los seres queridos, de besarnos, de abrazarnos, en definitiva de evitar cualquier forma de contacto físico.

Pero al mismo tiempo pareció surgir una nueva sociedad, la conocida como de “los balcones”. Los vecinos comenzaban a dialogar, a conocerse, a ayudarse,… Pero pasaron los meses y con la llegada de la desescalada todo se olvidó.

En buena parte volvió esa sociedad egoísta, personalista, individualista, pensando en mi como unidad y no en el colectivo. No todos, pero si los suficientes para causar problemas de salud.

Entre todo esto, llegó el verano. Con muchas, muchísimas incógnitas. Y tras semanas, casi meses, de preparación y formación llegó el momento de retomar el trabajo.

Poco tiempo, apenas 3 meses, pero de gran intensidad. Por fin el gran público de los turistas prestaba atención a la naturaleza, y con ello a las empresas que ofrecemos experiencias al aire libre. Hemos disfrutado mucho, muchísimo de nuestro trabajo, compartiendo nuestro entorno y nuestro bello pueblo con todas esas personas. Turistas que en la mayoría de los casos siempre habían pasado sus vacaciones en la costa. Pero que este verano decidieron mirar hacia el medio rural y disfrutar de sus encantos.

Pero lo bueno dura poco. Y con el fin del verano se acabaron las buenas noticias. El oasis en el desierto se acabó. Y tocaba volver a la lucha, al desierto. Donde apenas hay recursos, donde nadie ayuda porque bastante tiene con sobrevivir a su entorno. Un entorno cada vez más hostil, incierto y lleno de incógnitas.

Y así hemos llegado a la Navidad y al fin de año. Sumidos en una lucha incesante contra algo que no vemos. Pero con la esperanza de una solución. Que nos hacen ver que será a corto plazo, pero que en el fondo todos sabemos que no es cierto. Que esta travesía en el desierto aún durará. Pero que el pasado reciente nos ha mostrado que durante el verano, y haciendo las cosas bien seguro encontraremos otros oasis de esperanza y libertad para vivir como queramos y no como podamos.

Comencemos el año con ilusión sí, pero recordar MASCARILLA, DISTANCIA DE SEGURIDAD Y LAVADO DE MANOS. El eslogan de nuestras vidas durante este pasado 2020. Y esperemos que muy pronto podamos darnos esos abrazos, esas carias, esos besos, ese contacto físico que tanto se ha anhelado y que de un modo u otro nos han prohibido.

FELIZ Y PRÓSPERO 2021.

P.D. Nos vemos en la naturaleza. Y si es viviendo una experiencia con notros aún mejor. 😉
Si has visto el vídeo y leído la entra te habrás dado cuente que el texto es diferentente. 🙂

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