Como no es lo mismo contarlo que vivirlo, en esta entrada dejo vídeos del recorrido tramo a tramo, es decir, para que puedan visualizarse las partes más interesante o emocionantes de las rutas de piragüismo que hacemos en la provincia de Salamanca, en concreto en Ledesma, aunque en el futuro próximo también haremos descensos por el río Tormes.
Siempre partimos desde el mismo punto, la zona de los chiringuitos. Esta zona era muy conocida por ser el lugar donde antiguamente se bañaba la gente en el río, y hasta hace unos años punto de partida de las fiestas nocturnas las noches de verano. En su momento estuvieron abiertos los 3 chiringuitos teniendo clientela suficiente, pero con el paso de los años se han ido cerrando y a día de hoy sólo uno permanece abierto. Sin duda alguna este es uno de los mejores parajes para pasear un tomarse algo en su terraza las tardes de verano, disfrutando de las vistas del río y de la sombra, que se agradece y mucho.
Remontamos el río unos metros hacia la aceña de German, donde nos tenemos que bajar para subirla y poder continuar nuestra ruta.
Una vez superada la pesquera, llegamos a uno de los puntos más impresionantes y con mejores vistas de Ledesma de toda la ruta, el paso bajo los puentes. Cómo describir esa imagen tan impactante, el reflejo de las olas sobre el interior de los arcos cual proyección en un techo, ese eco que se oye al curzarlos o esas marcas de cantero a ras de agua que de otro modo no se podría ver en el puente «viejo». O las vistas desde abajo de la ladera hacia la muralla, que da aun más idea de lo complicado de asaltar la Villa desde esta posición.
Dejamos atrás la playa de Carnaceda para llegar hasta el Salao, con los restos de la pesquera, la aceña, la calzada y construcciones adyacentes que antaño se levantaron. Hoy sirven para crear unos pequeños rápidos donde poner a prueba la pericia adquirida en el manejo de las piraguas. No siempre es fácil pasar pues las rocas y el agua siempre nos tienen pequeñas trampas para no dejarnos remontar.
Y llegamos, no hasta la base, del final marcado por la presa-pesquera construida para la central hidroeléctrica y que no está en funcionamiento. Aquí la corriente se hace mayor pero a cambio tenemos un pequeño paseo escoltado por rocas talladas con formas caprichosas y onduladas por el agua que ya quisieran tener muchos parques de ciudades para decorarlos. Sin duda alguna la estampa de la presa rodeada de estas rocas describen un paisaje sorprendente, rematado por unos pequeños rápidos originados por el transcurrir de las aguas entre los cantos rodados y las rocas de la antigua pesquera y aceña de Pedro Álvaro. De esta sólo queda algún muro, el tajamar y como en el Salao las construcciones adyacentes donde se ve claramente un antiguo gallinero y horno de piedra en lo que era la casa del molinero.